Tipos de ojos
La contemplación va cambiando por:
- Lo que sacude al espectador
- Lo que desafía al espectador
- Lo que incomoda al espectador
El placer del que se hablaba en la experiencia estética se sustituye por un tipo de “placer intelectual” o un “entendimiento gozoso”. Surge un nuevo tipo de gozo estético: el gozo estético teórico.
De hecho, siguiendo a Guido Ballo (Pittori Italiani: Dal futurismo ad oggi citado por Olivares, O.C. p. 36), diremos que hoy la apreciación estética necesita de un ojo crítico (Occhio critico).
El ojo común es el receptor que se deja llevar por la costumbre, por lo convencional, es dogmático, no acepta ninguna novedad. Es el ojo de la pequeña burguesía, de la clase media profesionista; quienes, adheridos a sus viejos prejuicios, viven como si tuvieran verdades absolutas.
Al ojo común le sigue, en tanto receptor, el “ojo orecchiante”. Es aquel que habla de oídas, que defiende lo que está de moda, se queda en la inmediatez, carece de argumentos y estudios sólidos, pero pretende que puede hablar de todo como erudito.
Dentro de esta clasificación viene el ojo absolutista, como su nombre lo indica, cree tener siempre la verdad. En esta línea se encuentran tanto artistas como críticos, quienes consideran que su línea es la única que posee toda la verdad.
Lo que se busca en la apreciación estética es el ojo crítico, tiene las siguientes características:
1. Se va formando, no se nace con él, sino que se va construyendo a partir del estudio y el contacto con la cultura y el entorno.
2. Sabe detectar los síntomas de su tiempo.
3. Entiende la dialéctica entre lo universal y lo particular.
4. Tiene conocimientos históricos de su contexto.
5. Reconoce sus propios prejuicios y, por tanto, acepta sus propias limitaciones.
6. Sabe ponerse en la lógica del otro.
Pero, ¿cómo hablar de formar un ojo crítico cuando existen distancias entre el gusto de las masas y entre la llamada elite; entre el gusto del intelectual y del artista de los medios? De aquí la importancia de hablar de la emoción estética. En una era en donde todos tienen acceso a los bienes de consumo, es claro que la noción de emoción estética ha cambiado y, junto con ésta la noción de placer estético.
Recordemos que, a partir de la Ilustración, al conjuntar entendimiento y sentimiento, se elabora la conceptualización de la emoción estética. Ésta, más que formular una “verdad”, requisito de la racionalidad filosófica, manifestaba sus experiencias a través de la sensibilidad.
La facultad de juzgar lo bello que producía placer fue elevada a estatuto teórico por la Filosofía ilustrada. Al no formular verdades elaboradas por medio de un sistema racional matematizado, las apreciaciones de la emoción estética estaban más unidas a la inmediatez de las emociones.
Según Fajardo, la emoción estética nos permite construir una representación de la realidad a través de la sensibilidad y del lenguaje; el cual, como bien sabemos, está mediado por muchos fenómenos y, aunque esta representación construida es inmediata, no significa que sea ingenua, pues gusto puro no existe. Las sensibilidades están contextualizadas y permeadas por diversos procesos sociales. Así, nuestros gustos están determinados, por ejemplo, por el lugar donde nacemos y por la educación o formación que recibimos.
La emoción estética ayuda a fundar una imagen de lo real, pero está íntimamente influida por los materiales existentes en la sociedad y la historia. El tiempo se compacta con el gusto y, por ende, con la emoción estética.
De esta manera, cada vez que se realiza un juicio que proviene de la emoción estética, se pone de manifiesto la sensibilidad de la época que lo ha construido y las actividades sociales de su entorno. Cada relación de la emoción estética y sus juicios es un ejemplo de cómo están manifestándose las emociones en dicha etapa histórica del arte y la cultura.
Hasta aquí, podemos afirmar que la emoción estética construye una figura del mundo, nos da una representación de lo real; pero, lo más importante es que da figura y existencia a nuestra intersubjetividad. Es decir, no habría Estética si no existiera la comunicación con el otro.
Autoevaluación
Relaciona correctamente las afirmaciones al tipo de “ojo” que se establece y que lo diría de esa forma frente a una obra de arte.
Si quieres quedar bien en tu evento pon música de Beethoven solo eso es clásico y lindo.
“-¿Por qué haces esta fila de horas para ver esas manchas que colocan en ese museo. – Todo mundo habla bien de esa exposición, la japonesa está de moda y no puedo quedarme fuera.
“Eso no puede ser arte, está en la calle, lo hacen jóvenes que no tienen estudios de academia, no hay técnica y no corresponde a la tendencia actual del arte”
“Necesito conocer el contexto de esta obra para comprenderla, saber sobre la propuesta y vida de los autores, nunca había visto algo así pero no porque yo no le conozca no es arte”